Una primera aproximación a esta enfermedad procede de Maslach y Pines (1977), quienes lo identificaron como un síndrome de agotamiento físico y emocional que implica el desarrollo de actitudes negativas hacia el trabajo, baja autoestima, pérdida de interés por los clientes/ pacientes y que aparece en los profesionales de las empresas del sector servicios, donde hay una mayor interacción con los clientes/ pacientes.
Siguiendo con la definición del término, otros autores, como Edelwich y Brodsky (1980) conceptualizan el síndrome de quemarse por el trabajo como una pérdida progresiva de idealismo, de energía y del deseo de alcanzar objetivos profesionales, que suele aparecer en los profesionales sanitarios como resultado de sus condiciones de trabajo. Esto a su vez, nos lleva a pensar, “¿realmente el síndrome de quemarse en el trabajo afecta sólo a profesionales de ayuda o puede desarrollarse también en otro tipo de trabajadores?” Evidentemente NO, no solo afecta al colectivos de profesionales de la salud o la educación, sino que afecta a todos los trabajadores, lo que ocurre es que como en el caso anterior, es la incidencia lo que convierte al síndrome de quemarse por el trabajo en relevante para los sectores anteriormente comentados. Además, el estudio de estos sectores se hacen, quizás más importante por el alto grado de impacto que estas profesiones crean en la sociedad.
Por otra parte, Pines y Kafry (1982) consideran esta patología como un estado de agotamiento mental, emocional y físico causado por el estrés emocional crónico, resultado de la sobreimplicación excesiva de los trabajadores durante largos períodos de tiempo hacia las personas que prestan sus servicios.
Desde consideraciones psicoanalíticas, algunos investigadores entienden que el síndrome de quemarse por el trabajo es un estado resultante de un trauma narcisista que conlleva una disminución en la autoestima de los sujetos. Sin embargo, la mayoría de los investigadores lo sitúan en un encuadre psicosocial y se describe como un proceso de adaptación a las situaciones de estrés laboral.
Desde la perspectiva psicosocial, el síndrome de quemarse en el trabajo no se identifica con estrés psicológico, sino que se concibe como una respuesta a fuentes de estrés laboral crónico vinculadas a las relaciones sociales entre los trabajadores y clientes.
Finalmente, todas las definiciones anteriores ayudaron a concluir una definición del síndrome de quemarse por el trabajo que es aceptado por la comunidad científica como “síndrome de agotamiento emocional, despersonalización y falta de realización personal en el trabajo que puede desarrollarse por aquellas personas cuyo objeto de trabajo son personas en cualquier tipo de actividad”. En conclusión, podemos decir que el síndrome de quemarse en el trabajo es una enfermedad laboral que se caracteriza por un estado de agotamiento emocional provocado por un proceso gradual de estrés crónico.
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